Querido Beto

En las fotos vemos a Bet@, no pudimos diferenciar su sexo ya que uno y otro son exactamente iguales a simple vista, en sus colores, facciones y acciones. Pero lo llamamos "Beto" y esta cachaña fue parte de la familia de UVP.

Hoy te compartimos su historia, en palabras de Jorge Bogner.

Llegó a casa por intermedio de una vecina que lo ayudó, al ver que era agredido por un grupo de perros cimarrones, siendo herido en un ala y en su ojo derecho.

Los veterinarios que lo vieron no dieron esperanza de vida para él, así fué que me lo trajo para ver si podría ayudar.

Aunque mal herido, su energía era muy vital, así que me pareció que él quería vivir y eso era fundamental, la cosa era evitar que no hubiere infección, el resto era parte de la naturaleza.

El Pañil y la constancia de ambos hizo que saliera airioso de las heridas, tanto de su ala y de su ojo, el cual perdió. Debí cortar sus plumas de vuelo para evitar sus intentos de volar antes de tiempo. Así pasaron los meses y además de formar parte de la familia y convivir con nosotros comenzaron a visitarlo cachañas locales todas las mañanas muy temprano ya que ellas se despiertan con la salida del sol.

Perdió la tridimensión, así que dependía de su ahora familia y de su “casa” (que primero fué una jaula, lo cual pasó a ser algo “raro”, que con mucho observar se transformó en el ideal que le podría, transitoriamente, darle la comodidad y seguridad necesaria).

Al crecerle las plumas de las alas comenzó a ejercitar su vuelo cosa que al principio fue muy complicado por lo de la tridimensión.

Obtuve un permiso para tenerlo ya que es un ave exótica, y empezamos a salir juntos a todos lados.

Comenzó a ser natural que al despertar luego de conversar con sus congéneres, viniera a la cama a despertarnos, a mí o a Vivi y si dejábamos cerrada la puerta graznaba hasta que lo dejábamos entrar.
Me “ayudaba” en la huerta o limpieza del terreno, salíamos con el auto, a hacer compras, y aunque le agradada su “sitio”, mas le agradaba nuestro hombro y hasta se dormía, metiendo su pico tras nuestra oreja.

La relación con mi gata Muki y con Wuana, la perra, siempre fue buena y nunca hubo enfrentamientos.  

 
 

Mi hija mayor canta profesionalmente y decidió dedicarle una canción, fue así que como parte del video de presentación se filmarían unas tomas con las charlas matutinas de Bet@ con la bandada.

Mientras tanto ejercitamos vuelos todos los días y semana tras semana sus vuelos eran cada vez mejores (por su defecto en lugar de hacerlo en línea recta se desviaba fuertemente a la derecha) y sus aterrizajes no eran catastróficos.

A las 6 en punto llegó la bandada, mas grande de lo común, pero antes de comenzar la filmación, Bet@ que estaba sobre mi hombro de pronto voló,  se unió a la bandada y juntos volaron hacia la arboleda.

Volvió y pasó un día más en casa, por la mañana desde mi hombro regresó nuevamente y definitivamente con el grupo de cachañas.

Pasamos juntos hermosos momentos que han de quedar como enseñanzas mutuas. Cada uno volvió a la normalidad, y allí esta su “casa”, ahora afuera, por si desea visitarnos.

 En 2018, esta historia llegó al corazón de la artista Furiosa, quien amorosamente nos regaló esta hermosa ilustración.